El Papa es el obispo de Roma por lo que, como tal, se le considera la cabeza visible de la Iglesia católica, cabeza del Colegio episcopal y el jefe de Estado y soberano del Estado de la Ciudad del Vaticano. El actual Papa (electo el 19 de abril de 2005) es el antes cardenal alemán Joseph Ratzinger( 265 de los Papas) , que escogió el nombre de Benedicto XVI.
San Pedro, primer obispo de Roma
La nómina incluye los 264 Papas que han reinado en la historia de la Iglesia: el primero es el galileo Simón Pedro, quien murió martirizado en el año 64. En la lista, sin embargo, aparecen sólo 262 nombres. Eso se explica porque uno de ellos, Benito IX, reinó tres veces. Elegido en 1032, fue depuesto en 1044, recuperó el trono de Pedro en 1045, año en que abdicó también, para luego regresar en 1047 y ser derrocado
Al Papa también se le conoce como Obispo de Roma, Vicario de Cristo, Sucesor de Pedro, Santo Padre, Sumo Pontífice y Siervo de los siervos de Dios. A nivel internacional, el Papa recibe el trato de jefe de Estado y el tratamiento honorífico y protocolario de Su Santidad (abreviado S. S.). Igualmente, es el representante por excelencia de la Santa Sede, la cual tiene personalidad jurídica propia, canónica[3] e internacional. Tiene inmunidad diplomática, es decir no puede ser acusado en tribunales, ya que más de 170 paises lo reconocen como Jefe de Estado del Vaticano.
Conforme a la tradición católica, el papado tiene su origen en el apóstol de Jesús: San Pedro, quién fuera constituido como primer papa y a quién se le otorgó la dirección de la Iglesia y primado Apostólico. Hasta el Sumo Pontífice presente, la Iglesia católica enumera una lista de 265 papas en los dos milenios de historia de dicha institución. Cabe destacar que conforme a otros credos no católicos, tanto la primacía de Pedro, como la sucesión papal y hasta el papado mismo no son considerados como verdaderos o se interpretan bajo sentidos diversos al sentir católico.
Como jefe supremo de la Iglesia tiene las facultades de cualquier obispo, y además aquellas exclusivas inherentes a la cátedra petrina, entre ellas: la declaración universal de santidad (canonización), creación de cardenales y la potestad de declarar dogmas o declaración ex cathedra. Ésta última es una de la más controvertidas por implicar la llamada infalibilidad papal, por la cual, conforme a la teología católica, el Pontífice está exento de cometer errores al momento de promulgar una enseñanza dogmática en materia de fe y moral.[
Origen de la palabra «Papa»

Benedicto XVI, el Papa actual.
Popularmente se cree que PAPA (abreviado P. ó PP.) es un acrónimo del latín Petri Apóstoli Potestatem Accipiens: ‘el que sucede al apóstol Pedro’.
Sin embargo, en el latín clásico significaba ‘tutor’ o ‘padre’; dicho término proviene a su vez del griego πάππας (páppas), que significa ‘padre’ o ‘papá’, término usado desde el siglo III para referirse a los obispos en el Asia Menor y desde el siglo XI exclusivo del Romano Pontífice.
Durante los primeros siglos de la historia del cristianismo, la expresión Papa se usaba para dirigirse o referirse a los obispos, en especial a los metropolitas u obispos de diócesis mayores en extensión o importancia. Así, Cipriano de Cartago, por ejemplo, es llamado Papa (cf. Epist. 8, 23, 30 etc.). La primera vez que se tiene constancia del empleo de esta expresión para el obispo de Roma es en una carta de Siricio (cf. Carta VI en PL 13, 1164), a fines del siglo IV. Sin embargo, seguía utilizándose indistintamente para otros obispos. Hay que esperar a Gregorio VII para un uso ya exclusivo del obispo de Roma.
CURIOSIDADES SOBRE LOS PAPAS
EL PAPA ESTEBAN, EL MÁS BREVE DE LA HISTORIA REINÓ VARIAS HORAS, SEIS FUERON ASESINADOS Y DOS MURIERON A CAUSA DE SU GLOTONERÍA, SEGÚN EL ANUARIO OFICIAL PONTIFICAL
El anuario oficial del Vaticano registra un total de 263 papas hasta la muerte ayer del último Pontífice, Juan Pablo II.
El Papa Esteban ha sido excluido de la lista oficial de máximos dirigentes de la iIglesia Católica porque murió a las pocas horas de su elección. Urbano VII fue Papa 12 días y otros ocho no superaron el mes de reinado.
El pontificado más largo es hasta hoy el de San Pedro, con 34 años, seguido por el de Pió IX que reino más de 30 años, de junio de 1846 a febrero 1878.
En total, trece de ellos han prolongado su cargo más de 20 años, pero la media se sitúa en torno a los 8 años.
Juan Pablo II pasa a ocupar la tercera posición por su longevidad, con 26 años 4 meses y 17 días exactamente de ejercicio del poder.
EL PAPA ELEGIDO TRES VECES
Entre los Papas más singulares de la historia figura Benedicto IX, elegido tres veces.
El 21 de octubre de 1032, fue elegido Papa con tan sólo 12 años, depuesto poco después para contraer matrimonio, volvió a ser elegido. El 10 de marzo de 1045 abdicó, tras ser acusado de la venta de la sede papal a un familiar. Consiguió ser nombrado, por tercera vez, el 8 de noviembre de 1048, cuando no había cumplido 30 años.
PAPAS DEPUESTOS
Siete Papas han sido depuestos del cargo. Silverio fue el primero de ellos (536-537).
Ha habido cinco abdicaciones.
PAPAS MARTIRES
Un total de 21 Papas han sido reconocidos mártires de la iglesia católica y a otros nueve se les "presume" como tales. Cuatro han muerto en exilio y uno en la cárcel.
PAPAS FALLECIDOS DE MUERTE VIOLENTA
Nueve Papas murieron de muerte violenta, seis de ellos asesinados, dos fallecieron durante motines y uno pereció a causa del hundimiento de un techo.
Según otros datos, a lo largo de la historia, de los 265 que ha habido hasta ahora, 36 han sido asesinados y 13 encarcelados o desterrados.
Al menos siete Papas de la Iglesia han muerto asesinados en la historia del cristianismo, al margen de aquellos otros que murieron en el martirio o en los calabozos de cárceles romanas. Todos estos Papas asesinados lo fueron en la denominada Edad de Hierro del pontificado, que comprende los siglos IX y X.
Según el historiador Francisco Martín Hernández, de la Universidad Pontificia de Salamanca, las luchas internas entre las poderosas familias que gobernaban Roma que nombraban y asesinaban Papas, dieron lugar a esa época enormemente violenta.En una lista que no pretende ser exhaustiva, la historia de la Iglesia recoge los asesinatos de Juan VIII, Esteban VI, León VI, Juan X, Benedicto VI, Juan XIV y Bonifacio VII. Este último fue estrangulado en la cárcel por sus enemigos políticos. Juan VIII, tras sufrir un intento de envenenamiento, fue asesinado de un martillazo por un pariente, molesto por no encontrarse entre los herederos. Otros Papas fueron degollados, asfixiados con almohadas o envenenados.
He conseguido esta información:
http://www.historiadelaiglesia.org/2009/03/muertes-papales-iv.html
La mayor parte de asesinatos de Papas corresponde precisamente al Siglo de Hierro, marcado por los manejos políticos de dos poderosas familias, emparentadas entre sí y procedentes de Teofilacto, vestatario romano:
-Los Albericos o Tusculanos (de quienes descienden los principes Colonna) y los Crescencios.
Las mujeres de la casa de Teofilacto, Teodora y su hija la domna senatrix Marozia, se erigieron en árbitros de Roma y de sus Pontífices, y a este hecho se debe quizás el que cobrara vuelos la historia de la Papisa Juana.
He aquí la lista de Papas asesinados:
-1.Sabiniano (604-606). Había provocado las iras del pueblo -ya crispado por la carestía que se había declarado- con ataques a la memoria de su predecesor Gregorio I, a quien aquel ya veneraba como santo y algunos de cuyos escritos mandó destruir el nuevo Papa. Sabiniano no perdonaba al gran Gregorio haberle reconvenido por su poco airosa intervención como legado ante el patriarca de Constantinopla, que había asumido el titulo de «ecumenico» en abierto desafió al Pontífice de Roma. Perdió la vida en medio de una insurrección general y sus funerales dieron lugar a toda clase de desórdenes. El cortejo que llevaba su cadáver desde San Juan de Letrán a San Pedro tuvo que ser desviado por callejuelas escondidas, hasta el punto de que hubo de cruzar el Tiber por el puente Milvio, muy alejado del Vaticano.
-2.Juan VIII (872-882). Un pariente o miembro de su entorno más cercano le propinó veneno. Los Anales de Fulda aseguran que, al mostrarse lento el efecto del mismo, fue el Pontífice rematado a martillazos en la cabeza, poniéndose así fin a una vida tempestuosa, sea por los múltiples problemas que hubo de enfrentar (la invasión del sur de Italia por los sarracenos, las disputas de los últimos carolingios por la corona imperial, el cisma de Focio), sea por las costumbres controvertidas de Juan, tenido por afeminado, lo que daría origen a habladurías que contribuyeron a alimentar la historia ya mencionada de la papisa Juana.
-3.Formoso (891-896). Murió en medio de intensos dolores producidos muy probablemente por la acción del veneno administrado por instigación del partido espoletano, enemigo acérrimo del Papa, a quien no perdonaba el apoyo de éste a Arnolfo de Carintia en sus pretensiones al trono imperial. No contentos con la muerte de Formoso, Lamberto de Espoleto y su inescrupulosa madre Angeltrudis promovieron su inaudita humillación post mortem conocida como el «concilio cadaverico».
Fue una conspiración de Esteban VI (896-897), quien mandó desenterrar el cadáver de uno de sus antecesores, el Papa Formoso (891-896), a quien vistió con los ornamentos pontificios y lo sometió a un juicio por desafiar a sus protectores, la siniestra familia Espoleto. En la farsa, al cadáver de Formoso se le cortó la mano del juramento y luego sus restos fueron arrojados al río Tíber.Indignados, los seguidores de Formoso depusieron meses después a Esteban VI, quien fue encarcelado y murió estrangulado.
-5.Leon V (903). Formosiano, fue víctima de la ambición de Cristóbal, del título presbiteral de san Dámaso, que le depuso a los dos meses de pontificado y le metió en la cárcel, nombrándose a si mismo Papa. Leon murió asesinado en prisión, aunque no se sabe si por orden de Cristóbal o de Sergio III, que había a su vez depuesto y encarcelado al antipapa, a quien mando matar.
-6.Juan X (914-928). Era amigo íntimo de Teodora la Mayor, esposa del vestatario Teofilacto. Debió a esta familia su elección pero también el finalizar sus días de manera violenta. Habiendo disgustado a una de las hijas, la domna senatrix Marozia, al ofrecer la corona imperial a Hugo de Provenza, hermanastro y rival de Guido de Tuscia, segundo marido de la formidable fémina, ésta promovió la guerra contra el Papa.
Juan había confiado la defensa de Roma a su hermano Pedro, al que había nombrado cónsul y que, con el apoyo de guerreros húngaros, se presentó a las puertas de Roma en orden de batalla. Replegadas las fuerzas del Pontífice en San Juan de Letrán, Pedro fue atrozmente asesinado ante los ojos de su hermano, y éste encarcelado en el castillo de Sant'Angelo por orden de Marozia. Allí murió sofocado por Guido de Tuscia con una almohada.
-7.Esteban VIII (939-942). Hechura de Alberico II, príncipe, senador y patricio de Roma e hijo de Marozia y de su primer marido Alberico I. Habiendo secundado pasivamente la política de su benefactor durante años, Esteban, cansado de permanecer relegado a un rol de dependencia y a la rutina de la administración, tomó parte en una conspiración contra el todopoderoso Alberico. Fracasada ésta, fue el Papa puesto en prisiones y horriblemente mutilado, muriendo a consecuencia de la gravedad de sus heridas.
-8.Benedicto VI (973-974). Había sido elegido por la facción imperial y hubo de enfrentarse al resentimiento del pueblo romano y, en especial, a la hostilidad de los Crescencios, descendientes de Teofilacto por Teodora la Joven, hermana de Marozia. Mientras vivió el emperador germánico Otón I, su valedor, pudo imponerse a esta familia, pero al morir aquel estalló la revuelta. Los Crescencios encerraron al Papa en la fortaleza de Sant'Angelo, nombrando en su lugar al diacono Francón, que tomó el nombre de Bonifacio VII y se encargó personalmente -según cuentan algunas crónicas- de estrangular a su rival.
-9.Juan XIV (983-984). Fue designado por Oton II como sucesor de Benedicto VII y se mantuvo en el solio mientras vivió el emperador. Muerto éste, el partido filobizantino llamó a Bonifacio VII, quien regresó desde su exilio de Constantinopla -adonde había huido con los tesoros de la Iglesia poco después de asesinar a Benedicto VI- y, con el apoyo de los Crescencios, destronó al Pontífice legítimo. Juan XIV fue encerrado en el castillo de Sant'Angelo en abril de 984 y murió envenenado el mes de agosto siguiente. Sin embargo, no quedaron impunes los crímenes del antipapa. Habiéndose indispuesto con los Crescencios, estos incitaron al pueblo contra Bonifacio, que murió linchado en medio de la revuelta. Su cadáver fue arrastrado por las calles de Roma y arrojado a los pies de la estatua ecuestre de Marco Aurelio.
-10.Silvestre II (999-1003). Del cultísimo Gerberto de Aurillac, a quien persiguió la legendaria aura de mago, se cuenta que había hecho un pacto con el diablo para ser promovido de su sede de Reims a la de Rávena y de ella a la de Pedro, por lo cual sus días estaban contados. Consultado el Golem (oráculo cabalístico hebreo), le fue indicada la fecha fatídica: moriría cantando misa en Jerusalén. Como no entraba en sus planes ir de peregrinación a Tierra Santa, Silvestre durmio tranquilo, pero el oráculo no se equivoco: el Papa, en efecto, celebraba misa con cierta frecuencia en la basílica romana de la Santa Cruz de Jerusalén, así que la siguiente vez que lo hizo en dicho lugar, le sobrevino un malestar repentino y murió.
Esta historia no pasa de ser una conseja, siendo lo mas probable que Silvestre -a quien la muerte había arrebatado a Oton III, su mejor sostén en medio de la caótica situación que se cernía sobre Italia- pereciera a manos de sus enemigos políticos. Los Crescencios, a la sazón, habían vuelto a ser los árbitros de Roma, a través del patricio Juan II, quien relegó al Papa a sus funciones puramente espirituales. Enterrado en el atrio de San Juan de Letrán, cuando su tumba fue abierta en 1684, se halló su cuerpo intacto lo mismo que los ornamentos pontificales de que estaba revestido y la tiara que ceñía la cabeza. El contacto con el aire redujo, empero, todo al polvo, esparciéndose alrededor un perfume balsámico.
-11.Clemente II (1046-1047). Fue envenenado por orden de Benedicto IX, cuando regresaba de Alemania, donde había trazado el plan de reforma con el apoyo de Enrique III. Su cadáver fue llevado a Bamberg, ciudad de la que había sido obispo antes de ser Papa y en cuya catedral fue enterrado. En el siglo XVII fue abierta su tumba y se comprobó que el Papa debió ser un hombre de gran estatura (alrededor de 1,90 metros) y extraordinariamente rubio. Nuevamente exhumados en 1942, los restos fueron sometidos a análisis cuyos resultados corroboraron la muerte por envenenamiento.
-12.Alejandro VI (1492-1503). Se dice que murió de malaria, aunque existen serias razones para pensar que fue victima del arsénico que les fue administrado a él
y a su hijo Cesar durante un banquete en el palacio del cardenal Adriano de Corneto. Los enemigos de los Borgia dijeron que éstos habían caído en su propia
trampa, ya que por equivocación ingirieron el mortal veneno preparado para su anfitrión, de cuyos ingentes bienes querían apoderarse para seguir financiando la campaña de la Romana. No obstante, es de creer que en realidad se trató de un atentado planeado por aquellos a quienes el creciente poderío del Valentino, avalado por su padre, aterraba. No se olvide que Cesar Borgia había limpiado de tiranos los dominios pontificios y se aprestaba a formar un poderoso estado hereditario en el centro de Italia.
-13.León X (1513-1521). La causa de su muerte parece que debe buscarse en el veneno que le habría administrado su copero Bernabé Malaspina, el cual fue detenido. El ceremoniero pontificio Paris de Grassis pidió a los médicos que practicaran la autopsia al cuerpo del papa Medici, pero no se le hizo caso y se quiso echar tierra al asunto, aunque no pudo hacerse callar a Pasquino, la estatua parlante de Roma, que se hizo eco de los rumores de asesinato. Ya en 1517, León X había sido objeto de un intento de envenenamiento. La conjura, en la que se hallaban implicados al menos cinco cardenales, fue descubierta al interceptarse una carta del cardenal Petrucci, el cabecilla, a su secretario Nini. Resultó que se había corrompido a Pietro Vercelli, medico del Papa, para que emponzoñase el medicamento con que le trataba de una molesta fístula. Petrucci, después de ser condenado en juicio y degradado de su dignidad cardenalicia, fue ahorcado en Sant'Angelo, mientras Vercelli y Nini sufrían la pena de descuartizamiento. Los otros conjurados huyeron, siendo degradados a su vez. León X vio considerablemente reducido el Sacro Colegio de cuya lealtad ni siquiera estaba seguro, por lo que en un solo consistorio creó de golpe treinta y un cardenales, medida que no evitó que finalmente sucumbiera a manos criminales.
INTENTOS DE ASESINATO
La lista de este apartado se cierra en una época ya lejana, pero pudo haber sido reabierta en al menos un par de ocasiones. La primera, durante el viaje de Pablo VI por Asia y Oceanía en noviembre y diciembre de 1970. En la escala de Manila, en las Filipinas, se le acercó un demente que logró asestarle una puñalada por la espalda, antes de que fuera reducido por el corpulento monseñor Paul Marcinkus, que acompañaba al Papa en sus periplos. Gracias a la intervención del secretario del Pontífice, monseñor Pasquale Macchi, que detuvo a tiempo el brazo del agresor impidiendo así que el arma se hundiera en el cuerpo de Pablo VI, la herida no fue mortal aunque sí de cuidado, pues el arquiatra pontificio doctor Carlo Fontana hubo de tratarla durante largo tiempo.
La segunda ocasión en que en los tiempos modernos se ha intentado acabar con la vida de un Papa fue en 1981, cuando el terrorista turco Mehmet All Agca, a sueldo del servicio secreto búlgaro (en evidente conexión con la KGB siniestra de los tiempos de Breznev), disparó en plena plaza de San Pedro contra Su Santidad Juan Pablo II. La circunstancia de haber sobrevivido a tan sacrílego atentado en el día aniversario de la primera aparición de Fátima (el 13 de mayo), llevo al Papa a atribuir su salvación a la especial protección de la Santísima Virgen, cuyo monograma ostentan sus armas. Por ello, al cumplirse el año del hecho que pudo haberle costado la vida, quiso acudir personalmente a Fátima para dar gracias a la Madre de Dios. En medio del multitudinario acto, se acercó al Pontífice un sacerdote armado con la intención de atacarle. Detenido a tiempo, se averiguó que se trataba de un antiguo miembro de la fraternidad de San Pio X (fundada por monseñor Lefebvre), que había sido expulsado de la misma por sus ideas extremistas y padecía de graves trastornos mentales. Este ultimo incidente no tuvo mayores consecuencias salvo para el agresor, a quien la justicia portuguesa condenó por el delito de magnicidio.
MUERTES DUDOSAS
No consta de otros Papas que muriesen asesinados, pero sí se abrigaron ciertas dudas en su momento acerca de algunos en cuyo fallecimiento concurrieron cicunstancias sospechosas, aunque éstas posteriormente se aclararan según el caso. Así por ejemplo: Benedicto VII (974-983), Dámaso II (1048), Anacleto II Pierleoni (1130-1138), Celestino IV (1241), Inocencio V (1276), Adriano V (1276), san Celestino V (1294), Adriano VI (1522-1523), Clemente XIII (1758-1769), Clemente XIV (1769-1774), Pío XI (1922-1939) y Juan Pablo I (1978).
DOS PAPAS FALLECIDOS POR SU PECADO
Pablo II en 1471 y Clemente XIV en 1774 fallecieron de glotonería, uno de los pecados capitales (gula) condenados por la Iglesia Católica.
Pablo II murió después de haber comido dos enormes melones y Clemente XIV falleciópor una indigestión.
PAPAS SANTIFICADOS
Un total de 85 Papas ha sido santificados
PAPAS-ANTIPAPAS:¡Vaya lío¡
A 35 de los Papas se les apostilla la condición de "anti Papa", entre ellos San Hipólito.
EL PRIMER CONCLAVE
La elección del Papa en "conclave" data de 1274, según consta en los anales recopilados en los archivos de la población de Viterbo (centro de Italia). Encerrados bajo llave (en latín "cum clave"), 17 prelados eligieron a Gregorio X, tras 2 años y 9 meses de deliberaciones. Desde entonces se ha reformado el sistema electoral 53 veces.
LOS CARDENALES VIEJOS NO ELIGEN AL PAPA
Pablo VI fijó a 120 la cifra máxima de cardenales con derecho a voto, con el requisito de que no superen la edad de 80 años.
EL NOMBRE MÁS USADO
El nombre más utilizado por los papas es Juan (23), seguido de Gregorio (16), Benito (15), Clemente (14), Leoncio e Inocencio (13) y Pío(12).
LA NACIONALIDAD DE LOS PAPAS
De los 262 papas, 210 han sido italianos y 99 nacidos en misma ciudad de Roma. Otros 16 han sido franceses, 13 griegos, 6 sirios, 3 palestinos, 5 alemanes, 3 españoles, 3 africanos y tan sólo uno de Inglaterra, Portugal, Holanda y Polonia. Hubo también un alsaciano, un bávaro, un dálmata, un inglés, un portugués, un sajón, un suevo, y un tracio.
El primer Papa fue judío: San Pablo.
¿HUBO PAPAS DE LA MISMA FAMILIA?
Dos miembros de una misma familia, han alcanzado el papado. A Esteban II (752-757) le sucedió su hermano Pablo I (757-767) al frente de la iglesia católica.
PRIMER PAPA: El apóstol Pedro.
REINADO MÁS LARGO DE UN PAPA: San Pedro, de acuerdo a la tradición católica, aunque hay discrepancias sobre los años de su reinado. También fue el primer Papa mártir.
SEGUNDO REINADO MÁS PROLONGADO: Pío IX (1846-1878), casi 32 años. Juan Pablo II (1978-2005) figura en tercer lugar.
REINADO MÁS CORTO: Urbano VII, 12 días (1590). Enfermó de malaria durante su elección y nunca fue coronado. Juan Pablo I duró 33 días en 1978, pero no figuró siquiera entre los 10 reinados más cortos.
PRIMER (Y ÚLTIMO) PAPA SUCEDIDO POR SU PADRE: Inocente I, hijo de Anastasio I (401). Trece años después que falleció el Papa Hormisdas, su hijo se convirtió en el Papa Silverio (536). Juan XI fue el primero y último hijo ilegítimo de un Papa (Sergio III) elegido Papa (931).
PRIMER (Y ÚLTIMO) PAPA QUE SE ACUSA DE HABER ORDENADO LA MUERTE DE SU PREDECESOR: Sergio III (904 o 905).
PRIMER PAPA ASESINADO EN EL CARGO: Juan VIII, un Papa con grandes ambiciones políticas, fue envenenado y luego asesinado a palos (882). Fue el primero de tal vez ocho Papas asesinados durante su reinado.
PRIMER PAPA EN RENUNCIAR: Ponciano (en el 235), luego de ser arrestado durante la persecución a los cristianos por parte de las autoridades romanas.
ULTIMO PAPA EN RENUNCIAR: Gregorio XII, en un acuerdo que puso fin al Gran Cisma de Occidente entre varios aspirantes al trono de San Pedro (1415).
PRIMER PAPA EN CAMBIAR EL NOMBRE: Juan II (533), pues se llamaba Mercurio, un dios pagano. El último Papa que mantuvo su nombre fue Marcelo II (1555).
PRIMER (Y ÚLTIMO) PAPA ELECTO PESE A HABER SIDO SUSPENDIDO POR UN PAPA PREVIO: Bonifacio VI (896). En realidad, fue suspendido en dos ocasiones ... por inmoralidad.
PRIMER Y ULTIMO PAPA ADOLESCENTE: El disoluto Juan XII, electo a los 18 años de edad (955).
PRIMER SEGLAR ELEGIDO PAPA: León VIII (963). Hubo que consagrarlo obispo para que pudiese hacerse cargo del reinado.
EL ÚNICO PAPA REELECTO: Benedicto IX sirvió en tres períodos no consecutivos como Papa (entre 1032 y 1048).
PRIMER (Y ÚLTIMO) ERMITAÑO EN SER DESIGNADO PAPA: Celestino V, en el 1294. Sin educación, e incompetente, renunció al poco tiempo.
ULTIMO PAPA ELECTO QUE NO ERA UN CARDENAL: Urbano VI (1378). Su mal gobierno fue causante del Gran Cisma de Occidente.
ÚLTIMO PAPA ELECTO QUE NO ERA OBISPO AL COMENZAR EL CONCLAVE: El monje Gregorio XVI (1831).
ÚLTIMO PAPA QUE RECIBIÓ UNA CORONA: Paulo VI (1963). Juan Pablo I (1978), un hombre humilde, decidió poner fin a la práctica.
ÚLTIMO PAPA NO ITALIANO ANTES DE JUAN PABLO II: Adriano VI de Holanda (1522), que estuvo ausente en el Cónclave que lo eligió.
LA PAPISA JUANA
Existen otros casos anómalos que más bien caen en la leyenda, como aquel que asegura que una mujer ocupó en el siglo X el trono de San Pedro. La papisa Juana se hizo pasar por hombre y habría sido elegida como Juan VIII. Una versión dice que murió dando a luz en una procesión en la que la multitud la apedreó, encolerizada por la mentira.
http://ec.aciprensa.com/j/juanapapisa.htm
Juana la Papisa
-
La leyenda sobre un papa mujer, quien más tarde llevó el nombre de Johanna (Juana), apareció por primera vez a mediados del siglo XIII.
VARIACIONES DE LA LEYENDA
Primera versión: Jean de Mailly. El primero que parece haber tenido conocimiento de la leyenda fue el cronista dominico Jean de Mailly (Archiv der Gesellschaft fur altere deutsche Geschichte, xii, 17 sq., 469 sq.) de quien otro dominico, Etienne de Bourbon (1261), adoptó la historia y la incluyó en su trabajo sobre los "Siete dones del Espíritu Santo".
-Curia, después cardenal y finalmente Papa; que un día esta persona salió a montar y en esta ocasión dio a luz un hijo; que entonces fue atada a la parte posterior de un caballo, arrastrada alrededor de la ciudad, apedreada por la gente hasta morir y enterrada en el sitio mismo donde falleció; y que ahí fue puesta una inscripción que decía lo siguiente: “Petre pater patrum papissae prodito partum“. Durante su mandato, añade la historia, fueron introducidas las témporas, que por eso eran llamadas los “ayunos de la papisa”.
Segunda versión: Martín de Troppau. Una versión diferente aparece en la tercera reseña de la crónica de Martin de Troppau (Martinus Polonus), insertada posiblemente por el autor y no por un transcriptor posterior. A través de este muy popular trabajo, la historia llegó a ser mejor conocida en la siguiente forma: Después de León IV (847-855) el inglés John de Mainz (Johannes Anglicus, natione Moguntinus) ocupó la silla papal dos años, siete meses y cuatro días. Él era, supuestamente, una mujer. En su juventud fue llevada a Atenas con ropas de hombre por su amante y allí fue tal su avance en el aprendizaje que nadie la igualaba. Llegó a Roma, donde enseñó ciencias y atrajo así la atención de intelectuales. Gozó del mayor respeto por su conducta y erudición y finalmente fue seleccionada como Papa, pero, quedando embarazada de uno de sus asistentes de confianza, dio a luz un niño durante una procesión desde San Pedro a Letrán, en algún lugar entre el Coliseo y San Clemente. Ahí murió casi de inmediato y se dice que fue enterrada en el mismo sitio. En sus procesiones, los papas siempre evitaban este camino; muchas personas creían que los papas hacían esto por su animadversión a esa desgracia.
Aquí aparece por primera vez el nombre de Johanna (Juana) como el de la supuesta papisa. Martín de Troppau había vivido en la Curia como capellán y penitenciario del Papa (murió en 1278), razón por la cual su historia papal fue ampliamente leída y a través de él la leyenda obtuvo aceptación general. Un manuscrito de su crónica relata de una manera diferente el destino de la supuesta papisa: tras de su alumbramiento Juana fue inmediatamente destituida e hizo penitencia por muchos años. Su hijo, se añade, llegó a ser Obispo de Ostia y la tuvo enterrada ahí después de su muerte.
Versiones posteriores. Crónicas posteriores hasta daban el nombre que llevaba de niña; algunas le llaman Agnes, otras Gilberta. Se encuentran más variaciones en los trabajos de diferentes cronistas, por ejemplo en la “Crónica Universal de Metz”, escrita alrededor de 1250 y en ediciones subsecuentes de la “Mirabilia Urbis Romae” del siglo XII (?).
Conforme a ésta última, en una visión le fue dado a escoger a la papisa entre la desgracia temporal y el castigo eterno; ella eligió lo primero y murió durante el parto en la calle.
VALORACIONES TEMPRANAS DE LA LEYENDA
Aceptación crédula. En los siglos XIV y XV esta papisa era ya considerada como un personaje histórico, de cuya existencia nadie dudaba. Tenía su lugar entre los bustos de la Catedral de Siena. Bajo Clemente VIII, y a petición suya, fue transformada en el Papa Zacarías. El hereje Jan Hus, en la defensa de su falsa doctrina antes del Concilio de Constanza, hizo referencia a la papisa y nadie cuestionó el hecho de su existencia. Sin embargo la papisa no se encuentra en el “Liber Pontificalis” ni entre los retratos de los papas de San Pablo extramuros en Roma.
Valoración crítica. Esta supuesta papisa es por completo un invento de la imaginación. En el siglo XV, tras el despertar del criticismo histórico, algunos estudiosos como Aeneas Silvius (Espist., I, 30) y Platina (Vitae Pontificum, No. 106) encontraron que la historia no tenía sustento. Desde el siglo XVI historiadores católicos empezaron a negar la existencia de la papisa, ejemplos de ello fueron Onofrio Panvinio (Vitae Pontificum, Venecia, 1557), (Vitae Pontificum, Venice, 1557), Aventinus (Annales Boiorum, lib. IV), Baronius (Annales ad a. 879, n. 5) y otros.
Valoración protestante. También algunos protestantes, como Blondel (”Joanna Papissa”, 1657) y Leibniz (”Flores sparsae in tumulum papissae” in “Bibliotheca Historica”, Göttingen, 1758, 267 sq.) admitieron que la papisa jamás existió. Sin embargo, numerosos protestantes hicieron uso del mito en sus ataques al papado. Todavía en el siglo XIX, cuando lo insostenible de la leyenda fue reconocido por historiadores serios, algunos protestantes (e.g. Kist, 1843; Suden, 1831; y Andrea, 1886) intentaron, con un espíritu anti-romano, probar la existencia de la papisa. Incluso Hase (”Kirchengesch.”, II, 2nd ed., Leipzig, 1895, 81) no pudo reprimir escribir una nota llena de rencor y carente en absoluto de valor histórico sobre este tema.
PRUEBAS DE SU CARÁCTER MÍTICO.
Las pruebas principales del carácter enteramente mítico de la papisa son:
- Ninguna fuente histórica contemporánea entre las historias de los papas tiene conocimiento de ella; tampoco se hace mención de ella hasta la mitad del siglo XIII. Resulta increíble que la aparición de una “papisa”, si hubiera sido un hecho histórico, no hubiera sido notada por ninguno de los numerosos historiadores de entre los siglos X y XIII.
- En la historia de los papas no hay lugar en donde encaje esta figura legendaria. Entre León IV y Benedicto III, donde Martinus Polonus la coloca, no es posible insertarla porque León IV falleció el 17 de julio del año 855 e inmediatamente después de su muerte Benedicto III fue elegido por el clero y por el pueblo de Roma; solo que a causa del advenimiento de un antipapa en la persona del cardenal depuesto Anastasius, Benedicto III fue consagrado hasta el 29 de septiembre. Existen monedas con las imágenes de Benedicto III y del emperador Lotario I, quien murió el 28 de septiembre del año 855; por lo tanto, Benedicto III debió haber sido reconocido como Papa antes de esta fecha; el 7 de octubre del año 855, Benedicto III emitió una carta para el monasterio de Corbie. Hinemar, arzobispo de Reims, informó a Nicolás I de que un mensajero que había enviado a León IV se enteró de la muerte de este Papa y por lo tanto dirigió su petición a Benedicto III, quien la resolvió (Hinemar, ep. xl in P.L., CXXXVI, 85). Todas esos testigos prueban que las fechas dadas en las vidas de León IV y Benedicto III eran correctas y que no hubo interrupción de la línea de sucesión entre estos dos papas, de modo que en este lugar no hay espacio para la supuesta papisa.
- Más adelante es aún menos probable que una papisa pudiera insertarse en la lista de papas cercanos al año 1100, entre Víctor III (1087) y Urbano II (1088-1099) o Pascual II (1099-1110) como se sugiere en la crónica de Jean de Mailly.
ORIGEN DE LA LEYENDA
Esta leyenda de una papisa romana parece haber tenido una contraparte previa en Constantinopla. En efecto, en su carta a Miguel Caerularius (1053), León IX dice que él no creería lo que había oído, refiriéndose a que la Iglesia de Constantinopla ya había visto eunucos, de hecho una mujer, en su silla episcopal (Mansi “Concil.”, XIX, 635 sq.).
Respecto al origen en sí de la leyenda de la Papisa Juana, se han establecido diferentes hipótesis.
Bellarmine (De Romano Pontifice, III, 24) cree que la historia fue llevada desde Constantinopla a Roma.
Baronius (Annales ad a., 879, n. 5) conjetura que la muy criticada debilidad afeminada del Papa Juan VIII (872-882) en su trato con los griegos pudo dar lugar a la historia. Mai ha mostrado (Nova Collectio Patr., I, Proleg., xlvii) que Proteo de Constantinopla (De Spir. Sanct. Myst., lxxxix) en tres ocasiones se refiere enfáticamente a este Papa como “el viril”, como quitándole el estigma de afeminado.
Otros historiadores apuntan a la degradación del papado en el siglo X, cuando además tantos papas llevaron el nombre de Juan; parecía por lo tanto un nombre ideal para la legendaria papisa.. De este modo Aventinus ve en la historia una sátira a Juan IX; Blondel, una sátira a Juan XI; Panvinio (notae ad Platinam, De vitis Rom. Pont.) la aplica a Juan XII, mientras que Leander (Kirkengesch., II, 200) la entiende como aplicable en general a la venenosa influencia femenina que durante el siglo X hubo sobre el papado.
Otros investigadores se esforzaron por encontrar en varios acontecimientos y reportes una base definitiva para el origen de la leyenda. Leo Allantius (Diss. Fab. de Joanna Papissa) la relacionó con la falsa profetisa Theota, condenada en el Sínodo de Mainz (847); Leibniz revivió la historia de un supuesto obispo Johannes Anglicus que llegó a Roma y ahí fue reconocido como mujer. La leyenda también fue relacionada con los Pseudodecretos Isidorianos, por estudiosos como Karl Blascus (”Diatribe de Joanna Papissa”, Naples, 1779) y Gfrörer (Kirchengesch., iii, 978).
La explicación de Döllinger ha encontrado en general mayor aprobación (”Papstfabeln”, Munich, 1863, 7-45). Él reconoce que la leyenda de la Papisa Juana es un vestigio de alguna tradición del folklore romano ligada originalmente con ciertos monumentos antiguos y costumbres peculiares. Una antigua estatua descubierta en tiempos de Sixto V en una calle cercana al Coliseo, la cuál muestra una figura con un niño, fue considerada por el pueblo como la representación de la papisa. En la misma calle fue descubierto un monumento con una inscripción, al final de la cuál aparece la bien conocida fórmula P.P.P. (proprie pecuniâ posuit) junto con un nombre con prefijo que dice: Pap. (?Papirius) pater patrum. Esto pudo fácilmente haber dado origen a la inscripción mencionada por Jean de Mailly (ver arriba). También se observaba que el papa en procesión solemne no transitaba por esta calle (quizás porque era muy angosta). Más adelante se destacó con ocasión de la inauguración formal de la Basílica de Letrán que el recién electo Papa siempre estuvo sentado en una silla de mármol. Esta silla era un antiguo mueble de baño de los que había tantos en Roma.; el Papa la usó realmente para descansar. Pero la imaginación popular llevó a pensar que así se probaba el sexo del Papa, con el fin de evitar que, de ahí en adelante, una mujer alcanzara el Trono de San Pedro.
Explicaciones equivocadas - como las que con frecuencia fueron inventadas en la Edad Media ligadas con monumentos antiguos - y la imaginación popular fueron las originalmente responsables del mito de “La Papisa Juana” que cronistas acríticos, desde mediados del siglo XIII, dignificaron al consignarlo en sus páginas.
J.P. KIRSCH
Transcrito por Marie Jutras.
Traducido por Eladio Megchún.
-
La Era de la Pornocracia del Papado Romano
sanosenlafe.blogspot.com/2009/02/los-papas-ma..
El Papa Sergio III
El Papa Sergio III ( (* Roma, (¿?) – † 14 de abril de 911). Papa n.º 119 de la Iglesia católica de 904 a 911) )obtuvo la sede papal por medio del asesinato.
La elección de Sergio, conde de Túsculo, como papa supone el inicio de un periodo de la historia del papado conocido como “pornocracia” debido a la influencia que en las decisiones papales van a jugar las amantes de los pontífices.
Nombrado obispo de Cerveteri por el papa Formoso fue sin embargo uno de los participantes en el “concilio del cadáver” que se celebró contra dicho pontífice a instancias del papa Esteban VI y que finalizaría con la exhumación y profanación del cadáver.
A la muerte del papa Esteban VI, en 897, intentó, apoyado por la familia Spoleto, acceder por primera vez al trono papal aunque fracasó al resultar elegido Teodoro II.
Al año siguiente intentó por segunda vez acceder al pontificado, fracasando nuevamente al ser elegido Juan IX lo que le supuso ser excomulgado y exiliado hasta que el papa León V revocó la excomunión y pudo volver a Roma en 903.
Tras su regreso, y apoyado por la familia Spoleto y sobre todo por el senador y jefe militar de Roma, Teofilacto I, depone y hace encarcelar al antipapa Cristóbal para luego hacerlo estrangular junto al papa León V.
Eliminados el Papa y el antipapa, sus valedores lo hacen elegir pontífice el 29 de enero de 904 y manda anular los decretos surgidos de todos los concilios celebrados desde 898 con el objeto de rehabilitar a Formoso.
Sergio III tuvo como amantes a la esposa de Teofilacto y a la hija de este Marozia, con la que tuvo un hijo, el futuro papa Juan XI, y que se convirtieron en las verdaderas gobernantes de Roma durante varios decenios.
Durante su pontificado, en 905 el emperador Luis III intentó regresar de su exilio, siendo capturado y cegado por el rey de Italia Berenguer I que lo destituyó como emperador e intentó infructuosamente que el Papa Sergio lo coronara como sucesor.
En su relación con Bizancio, autorizó el cuarto matrimonio del emperador León VI con su amante Zoe, que le había dado su único heredero. Con ello no sólo se enfrentó con el Patriarca de Constantinopla, Nicolás el Místico sino que ignoró tanto la legislación civil de la época, como la eclesiástica.
Entre los aspectos positivos de su pontificado cabe señalar que durante el mismo, en 910, se fundó la abadía benedictina de Cluny gracias a la donación de una villa que realizó el duque Guillermo I de Aquitania con la condición de que la misma dependiera directamente del Papa y no de un noble o un obispo.
Así mismo reconstruyó la basílica de San Juan de Letrán que había sido destruida por un terremoto. En las medallas de este pontífice está esculpida por primera vez la “tiara”.
Este Papa es descrito por el Cardenal Baronio y otros escritores eclesiásticos como un monstruo y por Gregorio como un
criminal aterrorizante. Dice un historiador:
“Por espacio de siete años
este hombre ocupó la silla de san Pedro, mientras que su concubina,
imitando a Semíramis madre, Reinaba en la corte con tanta pompa y
lujuria, que traía a la mente los peores días del viejo Imperio”
(Italia Medieval, pag. 331) Refiriéndose a otra, dice: “Esta mujer
-Teodora de nombre, junto con su hija Marozia, la prostituta del Papa. Llenaron la
silla papal con sus hijos bastardos y convirtieron su palacio en un
laberinto de ladrones.” Y así, comenzando con el reino del Papa Sergio,
vino el periodo (904-963), conocido como “el reinado papal de los
fornicarios”.
Antiguo amigo del desquiciado Esteban VI, Sergio era de su misma ralea. Desde su juventud se vio implicado en la lucha de facciones que hizo de este periodo uno de los más turbulentos y escandalosos de la historia del Papado. Fue nombrado obispo de Cerveteri por el papa Formoso, más tarde declarado hereje por su sucesor el papa Esteban VI.
Sergio III prendió al antipapa Cristobal y al anterior papa Teodoro II, al parecer, los hizo estrangular. Desde entonces gobernó Roma como un señor feudal, favoreciendo especialmente a sus partidarios. Condenó la memoria de todos sus antecesores, desde Esteban VI, considerándolos antipapas. Asesino de sus predecesores, inauguró un período del papado al que el cardenal César Baronio designaría, a principios del siglo XVIII, con el famoso nombre de «pornocracia». Fueron mujeres las que gobernaron en Roma, y los Papas no fueron más que juguetes de sus ambiciones políticas y de sus pasiones personales.
Había sido elegido Papa en el 897 por primera vez por los enemigos del difunto Formoso, pero Lamberto de Espoleto le forzó a ceder el trono pontifício a Juan IX. Desde entonces, retirado en los dominios del margrave Adalberto de Toscana, Sergio esperaba su hora para volver a sentarse en el trono papal.
Nombrado obispo por el papa Formoso, fue sin embargo uno de los participantes en el “concilio del cadáver” que se celebró contra dicho pontífice a instancias del papa Esteban VI y que finalizaría con la exhumación y profanación del cadáver. Excomulgado y exiliado hasta que el papa León V revocó la excomunión y pudo volver a Roma en 901
-1-
Un tal Teofilácto, se había propuesto imponerse a la nobleza romana. Simple juez en el año 901, se autoadjudicó los títulos de cónsul, duque y senador del pueblo romano. En realidad, era su esposa, Teodora la Mayor, y sus dos hijas, Teodora la Joven y Marozia, tan libertinas como ambiciosas, las que lo controlaban todo. Teodora, calificada de “cierta ramera sin vergüenza” en el Antapodosis, crónica de la época escrita por Liutprando de Cremona. Esta mujer, esposa de Teofilacto, por real voluntad hizo que el pontífice Sergio III (“el peor que haya tenido la Iglesia Católica”) depusiera y asesinara al anterior ,papa Cristóbal, declarándolo antipapa, declaración que extendió a los tres papas anteriores. Y más tarde convirtió en el pontífice Juan X , a uno de sus amantes, un humilde clérigo cuando le había conocido. A continuación, seguramente obsesionado por lo sucedido con el papa Formoso, Sergio y sus comparsas proclamaron una vez más la invalidez de todas las ordenaciones conferidas por aquel Pontífice. ( Ningun Obispo en funciones podía cambiar de diócesis)
Las únicas relaciones que tuvo Sergio III con Bizancio (sede política) fueron para autorizar al emperador León VI que se casara por cuarta vez. Tanto el derecho civil como el derecho eclesiástico prohibían ya un tercer matrimonio. También el patriarca de Constantinopla se había opuesto al emperador cuando éste quiso casarse, en cuartas nupcias, con Zoé Carbonopsina a fin de legitimar a su hijo, heredero del trono.
Sergio III tuvo como amantes a la esposa de Teofilacto ,Teodora la Mayor y a la hija de este Marozia, con la que tuvo un hijo, el futuro papa Juan XI, y que se convirtieron en las verdaderas gobernantes de Roma durante varios decenios. Sergio III falleció el 14 de abril de 911.
Durante los siete años que ocupó la sede de Pedro, Sergio III se plegó dócilmente a los caprichos de Teodora y, sobre todo, a los de su hija menor, Marozia. Ésta se había casado en el 905 con Alberico de Espoleto, pero eso no fue obstáculo para que fuera bastantes años amante del Papa, y que le diera un hijo, el futuro papa Juan XI, al que su propia madre mandaría encarcelar pasado el tiempo.
Las intrigas de Marozia
Marozia que, según el mismo el cronista de esa época , Liutprando, “no sólo igualo a su madre, sino que la sobrepaso en las prácticas que ama Venus”. Nacida hacia 890, en orden y en rango, empezó, apenas púber, siendo amante de Sergio III, y con él tuvo un hijo que con el tiempo sería a su vez papa (Juan XI). Otros papas, León VI Y Esteban VII, serían también nombrados andando el tiempo por Marozia.
Veamos lo que decía el cardenal e historiador Cesare Baronio (“Annales ecclesiastici”), del papa Sergio III (904-911): “Por espacio de siete años, este hombre ocupó la silla de San Pedro, mientras que su concubina, imitando a Semíramis madre, reinaba en la corte con tanta pompa y lujuria que traía a la mente los peores días del viejo imperio”.
En todo caso, pasada la primera “locura” juvenil, Marozia fue casada por su madre con el guerrero Alberico, pero aquí se produce un hiato en la crónicas hasta 925, en que Marozia reaparece, ya viuda recalcitrante, como única en la familia con poder en Roma. Nada se sabe de la extraña desaparición simultánea de padres y esposos. Pero un enemigo no había podido ser destruido: el papa Juan X, por lo visto odiado desde siempre por la mujer. Éste, olfateando el peligro, estaba pactando la protección del conde Hugo de Provenza a cambio de hacerle rey de Italia, pero Marozia, más veloz, ofreció su mano a Guy, hermanastro de Hugo, con el mismo plan. Ambos cayeron sobre Roma, y el pobre Juan X acabó confinado en una mazmorra en Sant’Angelo, donde moriría al poco tiempo, dudosamente por causas naturales.
Marozia, ya convertida en senadora romana, siguió con sus planes, intrigando para que fuera aceptado como papa su hijo mayor, el habido con Sergio III. Pero para ello necesitaba poderosas influencias, y las halló nada menos que con su cuñado, el mismo Hugo que antes había intrigado con Juan X. Las maniobras que hubo que hacer para ello fueron históricas: en primer lugar deshacerse del actual marido, Guy, mientras Hugo hacía otro tanto con su propia esposa, declarar bastardo a su hermanastro y hasta cegar a otro de sus hermanos. Pero finalmente el plan salió a pedir de boca, y un joven papa de 21 años, Juan XI, acababa casando a su propia madre con su amante.
Pues las ambiciones de los esposos no habían terminado, y, ahora que tenían un papa más dócil que nunca, se proponían nada menos que ser coronados como emperadores de Occidente. Pero aquí falló algo: el hijo legítimo de Marozia, Alberico, que se sentía postergado por su madre, consiguió revolver la ciudad de Roma, ya incómoda por tanta perversidad, contra los adúlteros esposos. Hugo salió a estampida de Roma y tanto Marozia como su hijo Juan fueron confinados de por vida a Sant’Angelo, como antes hiciera ella con Juan IX. Y, como él, fallecieron en la cárcel. La línea pontificia fue continuada por Alberico con el monje benedictino León VII.
Papas que fueron casados
San Félix III 483-492 (2 hijos)
San Hormidas 514-523 (1 hijo)
San Silverio (Antonia) 536-537
Adriano II 867-872 (1 hija)
Clemente IV 1265-1268 (2 hijas)
Félix V 1439 1449 (1 hijo)
Papas que fueron hijos de otros papas u otros miembros de clero | ||
Nombre del Papa | Papado | Hijo de |
San Damasco I | 366-348 | San Lorenzo, sacerdote |
San Inocencio I | 401-417 | Anastasio I |
Bonifacio | 418-422 | Hijo de un sacerdote |
San Félix | 483-492 | Hijo de un sacerdote |
Anastasio II | 496-498 | Hijo de un sacerdote |
San Agapito I | 535-536 | Gordiano, papa |
San Silverio | 536-537 | San Hormidas, papa |
Marino | 882-884 | Hijo de un sacerdote |
Bonifacio VI | 896-896 | Adrián, obispo |
Juan XI | 931-935 | Papa Sergio III |
Juan XV | 989-996 | León, sacerdote |
Papas que tuvieron hijos ilegítimos después de 1139 | ||
Nombre del Papa | Papado | Hijo de |
Inocencio VIII | 1484-1492 | varios hijos |
Alejandro VI | 1492-1503 | varios hijos |
Julio | 1503-1513 | 3 hijas |
Pablo III | 1534-1549 | 3 hijos, 1 hija |
Pío IV | 1559-1565 | 3 hijos |
Gregorio XIII | 1572-1585 | 1 hijo |
—
Archivado en: ARTÍCULOS, Costumbres, Cristianismo, Curiosidades, General, Hombres de la Historia, Leyendas, Magia y ritos antiguos y actuales, PERSONAJES, Roma, Supersticiones-creencias
Trackback Uri
cada vez estoy mas convencida de que la iglesia catolica es un mafia de gente sin escrupulos sobre todo los mas altos dignatarios que se aprovechan de los momentos de pobreza y dolor de la gente humilde a lo largo de la historia han matado envenenado fornicado dejando hijos bastardos y acambio los hacen santos y beatos vaya hipocresia gracias por esta lista señora vazquez la tendre en cuenta cuando el papa y la iglesia diga que los homoxexuales son enfermos y depravados y no tienen derecho amar a personas de su mismo sexso deberia caerseles la cara de verguenza con todas sus organizaciones de peredastas y puteros que tienen en sus filas le saluda atentamente lola
sentiria mucho ser vetada en un blog donde la cultura es lo principal espero que no sea asi de todas formas espero que mi comentario anterior no sea vetado gracias y un saludo lola